domingo, 13 de diciembre de 2009

Teoria del desarrollo capitalista. Sweezy. II

II.EL PROBLEMA DEL VALOR CUALITATIVO.

La mercancía es aquello que se produce para el cambio más que para el uso del productor. Por lo tanto cuando estudiamos las mercancías estamos estudiando la relación económica del cambio. Para Adam Smith la división del trabajo es el origen de la economía, lo que nis diferencia a los seres humanos de los animales. Pero para Smith la división del trabajo no es más que una consecuencia del cambio. Ambos conceptos tienen un arraigo intrínseco en la naturaleza humana. Para Smith la producción de mercancías es algo innato en el hombre. Hay relación evidentemente entre la división del trabajo y la producción de mercancías, pero la división del trabajo no tiene por qué implicar necesariamente la producción de mercancías. Por ello, Marx también niega por tanto, que la división del trabajo está unida al cambio. Marx deja claro que la producción de mercancías no es la única forma de economía. Si sólo tomamos atención a la producción de mercancías y dejamos de lado las relaciones sociales que hacen posible esa vida económica, no podemos estudiar verdaderamente la economía política que es una ciencia social, una ciencia que estudia relaciones entre personas.

Las mercancías tienen varios aspectos, el valor de uso, el valor de cambio y el fetichista. El valor de uso es la relación entre el consumidor y el objeto consumido, por tanto es un concepto vacío de contenido social, excluye las relaciones sociales entre los hombres. Pero eso no significa que no tenga que ser analizado desde la economía política ya que es un prerrequisito del consumo.

El valor de cambio es la principal característica de las mercancías. Es la forma exterior de las relaciones sociales entre los propietarios de las mercancías. La relación de cambio no es más que el trabajo conjunto del trabajo individual de productores individuales. La mercancía como valor difiere según la sociedad y época histórica en la que nos situemos, dependiendo de su división del trabajo y de la producción privada. Por tanto el trabajo producido son mercancías de un valor útil.

El trabajo es el valor que está detrás del valor de cambio, y está constituido por el valor de uso y el valor de la mercancía que produce. Si la mercancía tiene un valor de uso, el trabajo es un trabajo útil. Es decir, el trabajo tiene una utilidad, y se representa mediante el valor uso de la mercancía trabajada. Si dejamos de lado la utilidad del trabajo, el trabajo queda simplemente como un desgaste humano.

El trabajo abstracto es trabajo en general, la actividad humana productiva. La abstracción del trabajo es el conjunto de diferentes tipos de trabajo. Con el capitalismo, el trabajo se han convertido como una vía de riqueza y no como la autorrealización del hombre. Con la abstracción del trabajo podemos ver cuál es su uso dependiendo de la necesidad social existente en ese momento, y cuyo desarrollo tiende la capacidad de producción de riqueza.

Las mercancías son trabajo abstracto materializado. Por ello es la mercancía el comienzo del análisis de la economía política. Por tanto la magnitud del valor de la mercancía es la relación de la mercancía con el trabajo que se han necesitado para producirla.

La industrialización ha ido desarrollándose dejando las puertas abiertas a una nueva etapa del capitalismo, el capitalismo de consumo, donde “el valor simbólico” prevalece sobre el “valor de uso y de cambio”. Las identidades resultan más versátiles y tienen el sello de la afinidad más que el de la pertenencia al grupo o a clase. Frente a esta disolución de la identidad social, ante la pujanza de los valores simbólicos, Marx acuña el concepto “fetichista” de la mercancía. Seduce a la par que recubre y obtura el producto y las relaciones sociales concurrentes en su producción, dotándolo de una realidad fantasmagórica, fetichista, que individualiza y desclasa

sábado, 5 de diciembre de 2009

Teoría del desarrollo capitalista, Sweezy.

La economía política como ciencia social estudia las relaciones sociales entre la distribución y la producción. Desde los economistas clásicos la idea de economía se concibe de esta forma, como algo social y colectivo. Con el posterior desarrollo del individualismo, fruto en gran parte de la teoría liberal, ya la economía se ve desde una perspectiva más deshumanizada, viendo tales relaciones de intercambio no como relaciones entre personas, sino entre personas y cosas.Se ha vaciado la economía de todo contenido social, y los nuevos conceptos que han surgido para dar explicaciones al funcionamiento de la economía, han ido construyéndose mediante un proceso de abstracción por los cuales se van formando unos “tipos ideales”, en los cuales las relaciones entre personas son inexistentes. Puede que así se pretenda poder legitimar la alienación fruto de las relaciones económicos y del propio trabajo mismo.

Marx utilizo el método abstracto-deductivo. Para ello, primero hay que llevar a cabo un preanálisis acercándonos a la realidad, una realidad que no hay que limitarla sino que ha de tener una amplia dimensión. Intentar poder captar aquello que es fundamental en lo que queremos estudiar., para poder formular hipótesis y poder comprobarlas con hechos empíricos. Lo que pretendía Marx a través de este método era sacar a la luz la relación que había entre los procesos económicos y las relaciones sociales, el cambio social.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Ciencia y método. Roberto Carballo.

La ciencia ha permito al hombre conocer la realidad y desarrollar una visión del mundo en la fe de todo lo posible. Pero las leyes científicas son provisionales, están limitadas en el espacio y el tiempo, tienen un carácter histórico. La ciencia está limitada a una minoría, a la comunidad científica, por tanto es un instrumento de dominación social.

El objetivo de la ciencia es poder dar una explicación de la realidad para avanzar en el progreso de la Humanidad, para poder llevar a cabo el fin último de la realización del ser humano, la plena libertad. Pero la ciencia es progreso, y el progreso en muchas ocasiones, es sinónimo de sacrificio humano. ¿Cuántas muertes han sido necesarias para que haya un progreso efectivo?
La ideología, un sistema de ideas y de creencias, una concepción del mundo es imprescindible para la elaboración de leyes científicas. No es una dicotomía radical, ya que la ciencia bebe y se inspira en los procesos de abstracción de comprensión de la realidad subjetivos.
Hay cuatro etapas en el proceso de investigación científica: descripción, clasificación, explicación y verificación que se llevan a cabo a través del método deductivo, inductivo o inductivo probabilístico y reductivo.

¿Qué es una concepción del mundo? Manuel Sacristán. El mecanismo de la investigación científica. Gino Longo.

¿Qué es una concepción del mundo?
Una concepción del mundo no es ciencia, sino un modelo orientativo de conducta de un individuo, que lo ha creado a través de sus creencias y un sistema de valores que formen parte de su cultura. Pero es una concepción del mundo individual, de un sujeto en concreto, no de toda su sociedad, aunque tengan evidentemente rasgos compartidos. En las culturas grecorromanas y judeocristianas las concepciones del mundo son de carácter religioso-moral o bien filosóficas. Hasta el siglo XIX concepciones del mundo filosóficas que lo abarcan todo como las teorías platónicas o hegelianas quedan obsoletas debido a los descubrimientos de la ciencia. Pero el interés por conocer el Universo, el mundo que nos rodea, tanto ramas de las ciencias humanas como de las ciencias naturales, incita y motiva a investigar y crear conocimiento científico y a poder obtener una concepción del mundo objetiva.

El materialismo según Engels, no es más que una concepción comunista del mundo. El materialismo tienen una metodología analítico-reductiva, dejando de lado los conceptos cualitativos y centrándose en los cuantitativos. Ello hace posible un acercamiento bastante accesible a la realidad a través de preguntas exactas y conceptos precisos, poder estableces leyes universales. Para el pensamiento dialéctico la concepción del mundo tiene que dar unas totalidades concretas y unas concreciones reales.

Manual de economía política. Longo.
La primera etapa de la investigación científica es la observación de lo hechos, que ya de por sí es un análisis de los mismos, pero hay que sacarle un sentido a dicha observación, ya que los hechos por sí solos no explican nada. Hay que seleccionar los hechos más relevantes y obtener resultados para enlazarlos en un esquema coherente. Después hay que formular unan hipótesis que de una explicación de los hechos observados, pero para ellos hay que tener una fantasía creadora, es decir, poseer una capacidad lógica de abstracción subjetiva de la realidad que percibimos, para poder conocerla y modificarla. La fantasía hace al hombre un sujeto activo y creativo. La fantasía se complementa con la intuición, que analiza los constructos teóricos fruto de la fantasía. Para comprobar las hipótesis es necesario volver a observar los hechos para profundizar en el análisis de los mismos mediante experimentos. La última etapa consiste en modificar las hipótesis según los datos que hayamos obtenido en las anteriores etapas del proceso de investigación científica. Es un proceso analítico que contiene varias etapas. Primero hay que formular conceptos derivados de la observación, para después contrastar los hechos obtenidos con otros.

Pero el proceso de investigación científica no está aislado de la existencia concreta del científico, ya que siempre se verá influido por anteriores investigaciones, que le servirán para alcanzar una verdad más objetiva. Pero para beber de otras fuentes es necesario que nosotros mismo ya hayamos elaborado un plan de investigación. Debería ser imprescindible desarrollar una terminología y unos conceptos propios. Pero toda ciencia tiene un determinado objeto de investigación, un método concreto y una particular forma de ver la realidad. El objeto de investigación permanece inamovible, pero el método científico esta en constante cambio. Ello hace que haya una mayor indagación empírica en cada investigación científica. Diferenciamos entre hechos observados y hechos e hipotéticos y hechos comprobados empíricamente.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Ciencia, economía política y sociedad: Características del método científico. Gino Longo. Crítica de Roberto Carballo.

La finalidad de la ciencia es descubrir leyes universales para un mejor comprensión de la realidad, del funcionamiento del universo y al ser posible, hasta poder transformarlo. Para ello primero hay que observar y describir la realidad, para posteriormente poder dar una explicación. Según Hegel, tenemos que ir más allá y no quedarnos anclados en explicaciones sino llegar a comprenderlas. La dialéctica hegeliana tiene una lógica, primero hay que encontrar las causas del fenómeno y sus relaciones, después pasarlas a un procedimiento hipotético y por último comprender dichas relaciones. Pero la ciencia es sólo una parte de la actividad humana. El hombre debe observar, explicar e interpretar el mundo para poder modificarlo en función de sus necesidades.

El pensamiento y la acción, el conocimiento y la praxis están dados de la mano a través de la cognición. El único objetivo de la ciencia por tanto será la realidad del hecho y no su utilidad. La praxis para que sea efectiva ha de ser una acción colectiva. La acción colectiva y el pensamiento individual son fenómenos sociales y se diferencian por su forma de manifestarse y no por su finalidad. Cuando el pensamiento individual tiene una finalidad científica también es un fenómeno social, ya que el individuo en sí mismo es un animal social. Por tanto diferenciamos entre hombres de pensamiento y hombres de acción. Los hombres de acción buscan acción y los de pensamiento conocimiento.

Como bien anota Carballo en su crítica, es totalmente posible un hombre tanto de acción como de conocimiento. Sin ir más lejos, me atrevo a nombrar a Engels, que ha sido uno de los pensadores contemporáneos más relevantes, un gran intelectual, que quiso llevar sus ideas a la práctica con valentía y con pistola agarrada al cinto en la Comuna de París. El científico crea conocimiento para poder aplicarlo en la práctica, sea él quien lo ejecute o sean otras manos. Marx hizo ciencia para hacer política, hizo un análisis de la historia centrándose en el desarrollo económico, para presentar una alternativa de organización social, para poder llevarlo a la práctica. ¿Qué queda sino de aquella praxis revolucionaria?

Marcas y sociedad capitalista.

A lo largo de la Historia, ha habido una evolución de los modos de producción, del consumo y de los tipos de valor. Marx en El Fetichismo de la mercancía y su secreto hace un análisis de este proceso.

En el Antiguo Régimen las formas de producción estaban regidas por el modo de producción agropecuario y comercial. Las clases sociales de la sociedad estamental derivaban del linaje y estaban porque tienen una misma función social y un mismo estilo de vida. Por tanto, en el espacio de interacción comunitario y estamental se daba un “valor de uso” en el intercambio general y “valores suntuorarios” para el particular intercambio de la jerarquía estamental, es decir, para la monarquía, la nobleza y el clero.

Con la industrialización y la democracia burguesa se inicia un capitalismo de producción, donde presenta un mayor privilegio el “valor de cambio” (precios) sobre el “valor de uso” (funciones). La construcción de la identidad personal se va centrando en la ocupación y los valores de logro van ganado terreno a los de adscripción. Ahora la forma de identificación social es la clase social y la esfera de lo público y del privado se escinden con la tensión en los procesos de socialización.

La industrialización ha ido desarrollándose dejando las puertas abiertas a una nueva etapa del capitalismo, el capitalismo de consumo, donde “el valor simbólico” prevalece sobre el “valor de uso y de cambio”. Las identidades resultan más versátiles y tienen el sello de la afinidad más que el de la pertenencia al grupo o a clase. Frente a esta disolución de la identidad social, ante la pujanza de los valores simbólicos, Marx acuña el concepto “fetichista” de la mercancía. Seduce a la par que recubre y obtura el producto y las relaciones sociales concurrentes en su producción, dotándolo de una realidad fantasmagórica, fetichista, que individualiza y desclasa. Es en esta etapa del capitalismo, donde se encuentran los orígenes de las marcas y de la publicidad.

Ya a principios del siglo XX se empieza a desarrollar con fuerza la industrialización en masa. La industria comienza a producir para un mayor número de consumidores. La industrialización trae consigo el desarrollo económico y con ello el aumento de las clases medias. Los avances tecnológicos se fabrican en masa para poder cubrir la demanda de las incipientes clases medias. Las clases más acomodadas demandan una necesidad de exclusividad de los productos para diferenciar los productos en masa, y la publicidad se encargará de transmitir este fetichismo de la mercancía.

Hoy en día en las sociedades occidentales, las marcas están extendidas en todos los segmentos de la población y en todas las clases sociales, debido a la globalización y al neoliberalismo, que es el sistema económico hegemónico del mundo actual. Las marcas son hoy en día una forma de identidad. Pero hasta tal punto ha llegado el mundo de las marcas, que en los países desarrollados es difícil concebir según qué productos sin marca propia, incluso llegar a tener la dificultad de querer comprar algún artículo sin marca. A través de las marcas reafirmamos nuestra identidad social, y en las sociedades capitalistas desarrolladas, donde todo está en constante cambio, donde todo avanza demasiado rápido, los individuos se están exponiendo continuamente a una situación de anomia, que deja el terreno abonado para las marcas, para que aquellas personas rearticulen su identidad a través del consumo de logos. Ello trae consigo una heterogeneización estereotipada y falsa, ya que la mayoría de los consumidores están cortados por el mismo patrón, esclavos de un oligopolio cuyo único fin es la homogenización y el adiestramiento del rebaño.
Hoy en día, estamos a merced de las soluciones inventadas.

miércoles, 28 de octubre de 2009

El ‘efecto desánimo’ hace bajar el paro

El ‘efecto desánimo’ hace bajar el paro

El paro bajó en el tercer trimestre de 2009 (14.100 desempleados menos). Pero no porque se crearan puestos de trabajo, sino como consecuencia de la caída de la población activa. Y es que el llamado ‘efecto desánimo’ (cuando las personas que quieren trabajar dejan de buscar empleo porque tienen escasas probabilidades de encontrarlo) ya está aquí. Y ha reaparecido de una forma importante. Fundamentalmente entre los jóvenes y los varones, mientras que las mujeres han dejado de aportar nuevos activos en el último año.

Un dato ilustra este fenómeno. Pese a que la población española sigue creciendo, en el tercer trimestre la población activa (que es la que se contabiliza a efectos del desempleo) cayó en 89.000 personas, es decir el 0,39%.
Otra constatación. La crisis ha cambiado de acera. Ya no respeta a los trabajadores que, en teoría, están más protegidos ante un cambio de ciclo económico: los que tienen contrato indefinido. Los datos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística reflejan, en concreto, que entre junio y septiembre, es decir en los meses de verano, el número de trabajadores con contrato indefinido ha caído en 161.200, es decir, un 1,37% respecto del trimestre anterior. Para hacerse una idea de lo que supone esa cifra sólo hay que tener en cuenta que en los tres trimestres anteriores se habían destruido tan sólo 36.100 empleos fijos, lo que supone un cambio de tendencia verdaderamente importante.

Hasta ahora los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) señalaban que el colectivo peor tratado por la crisis era el de los trabajadores con contrato temporal (898.800 asalariados menos en los últimos doce meses). En el tercer trimestre de este año, sin embargo, el número de ocupados con contrato temporal creció en 74.400 (el 1,88%), lo que pone punto y final a una racha que duraba desde el comienzo de la crisis económica.

Estacionalidad
La subida del empleo temporal, en todo caso, no debe achacarse a un cambio de tendencia en el mercado de trabajo, al contrario. Tiene que ver con la alta estacionalidad de la economía española, que necesita de mucho empleo eventual durante los meses de verano para atender el incremento de la demanda turística.
El argumento de que no ha cambiado la tendencia del mercado de trabajo –pese al ligero descenso del desempleo está basado en los modelos que utiliza el Ministerio de Economía para desestacionalizar las series, lo que permite hacer comparaciones más homogéneas.

Pues bien, según Economía, el paro no sólo no bajó en el tercer trimestre del año, sino que subió hasta representar el 18,5% de la población activa (tres décimas más que en el trimestre anterior). En términos absolutos esto significa que en lugar de haberse producido un descenso del paro que afecta a 14.100 personas, el desempleo aumentó en 58.800 trabajadores. Es decir, que en estos momentos habría en España 4.250.800 desempleados.

O dicho en otros términos todavía más relevantes. La economía española perdió en el trimestre anterior 133.500 puestos de trabajo, casi el doble de lo que reflejan las cifras de la EPA sin desestacionalizar.

Y es que el mercado de trabajo en lugar de mejorar, sigue empeorando, lo que es coherente con el hecho de que el empleo es un indicador retrasado de actividad. Y para llegar a esta conclusión sólo hay que tener en cuenta que en los últimos doce meses este país ha perdido nada menos que el 7,3% de su fuerza laboral, frente al -7,2% que se registraba el trimestre anterior o el -6,4% del precedente. O lo que es lo mismo. En el último año, la economía ha perdido nada menos que 1.476.200 puestos de trabajo. De largo la peor cifra de la reciente historia económica de España.
Otro dato extraído del informe que hace Agett, la patronal de las empresas de trabajo temporal sobre la EPA del tercer trimestre. Aunque se reduce el número de parados que lleva menos de un año buscando empleo (-169.700), aumentan los de larga duración (127.600). Por tanto, dice Agett, todo el incremento del desempleo es de larga duración. Es decir, que aumenta la segmentación en el desempleo a costa de los que llevan más tiempo en esa situación. Esto pone en evidencia, asegura la patronal, “la efectividad real de las políticas activas de empleo y de la intermediación laboral”.


http://www.cotizalia.com/en-exclusiva/efecto-desanimo-bajar-paro-20091024.html

Demasiada gente lleva mucho tiempo buscando trabajo en este país. Tras meses de búsqueda, la gente ser va cansando y llegan a dejar de formar parte de la población activa. Las mujeres son el segmento poblacional más afectado (aunque no lo diga la noticia, supongo que se quedará realizando las labores del hogar mientras que la pareja sea quien siga aportando ingresos, ya que la mujer hoy en día sigue siendo más vulnerable a las idas y venidas del empleo).

También ha habido una notable caída de los contratos indefinidos. La crisis económica conlleva una mayor temporalidad y con ello más precariedad laboral. Las personas con contratos temporales, evidentemente son los que están más desprotegidos.

El descenso de la población activa, también hay que encontrarlo en que hemos entrado en otoño, y que los puestos de trabajo creados en verano han desaparecido.

martes, 20 de octubre de 2009

Nuevos impuestos para superar la resaca olímpica

La deuda generada por el fallido modelo de ciudad olímpica del alcalde Alberto Ruiz Gallardón ha obligado a su Gobierno a recaudar con medidas tan poco "populares" como la tasa de basuras.

“Tengo el honor de anunciar que la 31° edición de los Juegos Olímpicos ha sido concedida a la ciudad de Río de Janeiro…” Con estas palabras el presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, daba carpetazo el pasado 2 de octubre a la propuesta olímpica de Madrid 2016. Un jarro de agua fría para las aspiraciones de Alberto Ruíz Gallardón, el alcalde de la ciudad, en su carrera hacia la Moncloa.

Tras haber sido desechada madrid como sede para los juegos en 2012 a favor de Londres, ni siquiera las recomendaciones que sugerían posponer la candidatura para el año 2020, debido a esa norma no escrita de la rotación continental, detuvieron al regidor en su infructuosa carrera olímpica. Entre la ciudadanía, principalmente aquella que se congregó en la plaza de Oriente por si sonaba la flauta olímpica, se pasó en unos instantes de la ilusión al desánimo más absoluto. No era para menos si se tiene en cuenta que la cobertura de la casi totalidad de los medios de comunicación españoles sobre Madrid 2016 ha dejado de lado su función informativa para convertirse casi en un ejercicio promocional de la candidatura olímpica. Algunas de las principales cadenas de televisión situaron el logo de Madrid 2016 junto al de la emisora y dedicaron programas especiales que se iniciaron varias horas antes de las votaciones, ofreciendo desde las cuatro presentaciones de las ciudades candidatas a albergar los Juegos Olímpicos de 2016 hasta la resolución final que dio a Río como “ganadora”. Todo para terminar clamando contra la decisión del COI, ya que “todo el mundo sabe” que la candidatura de Madrid era la mejor sin duda alguna.

Sin embargo, y dejando de lado las consideraciones estrictamente deportivas, cabe la duda de si Madrid es realmente la ciudad moderna y cosmopolita que mostraba el vídeo promocional de “Los Juegos de las personas”; una capital que promueva “un estilo de vida basado en la alegría del esfuerzo, el valor educativo del buen ejemplo y el respeto por los principios éticos universales” tal y como promulga la Carta Olímpica en sus Principios Fundamentales.

Y es que iniciativas como la de Observatorio Metropolitano, proyecto que reúne a diversos colectivos para analizar los procesos de transformación en las ciudades, ponen en duda el modelo de desarrollo de Madrid a raíz de la “constante dilatación de las desigualdades sociales y del expolio y privatización” de bienes comunes como la sanidad y la educación, el espacio público, el medio ambiente o el agua. El Observatorio, que publicó recientemente su Manifiesto por Madrid: Crítica y crisis del modelo metropolitano, advierte de que el crecimiento espectacular de la ciudad en la última década se cimienta en un “expolio generalizado”. La imagen de Madrid como ciudad moderna y abierta esconde, según manifiesto, un enorme aumento de las desigualdades sociales así como la “privatización descarada o encubierta” de los servicios públicos esenciales a favor de la cuenta de resultados de la oligarquía dominante.

La instalación de ese modelo de urbanismo desaforado y deslegitimación de lo público a favor del interés privado, especialmente desarrollado por los sucesivos gobiernos del Partido Popular en el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid a lo largo de la última década, ha dado lugar a una crisis generalizada en la urbe que su alcalde pretende tapar con la organización de unos Juegos Olímpicos. Una huída hacia adelante con la que el Ayuntamiento de Madrid pretendía hacer frente a la estratosférica edeuda que la ciudad ha contraído con los bancos; más de 6.683 millones de euros de deuda viva al final de 2008 según los datos proporcionados por el Ministerio de Economía y Hacienda en su página web.

Ha sido el propio Ruíz Gallardón quien ha desvelado parte de los gastos derivados de la presentación de Madrid como sede olímpica para 2016. Un total de 37,8 millones de euros en gestión y promoción de la candidatura; 16,8 de los cuales han sido invertidos por el Ayuntamiento de Madrid, pese a que en un principio se asegurara que la fiesta correría por cuenta de los patrocinadores privados, los cuales han contribuido con los 21 millones de euros restantes.

Tarifazos contra la deuda

Desviándose de la doctrina oficial de los populares, que pasa por la negativa a subir cualquier tipo de impuesto e incluso suprimir algunos de ellos, Gallardón ha llevado a cabo una serie de iniciativas destinadas a rellenar las arcas públicas del dinero que se ha gastado en las innumerables obras acometidas en Madrid. Es el caso del ‘tarifazo’ en la tasa municipal de basuras, que ha soliviantado a las asociaciones de vecinos de la capital, o de la polémica recurrente sobre los parquímetros. Parches tributarios que no solventan el agujero en la economía madrileña y que el equipo municipal de gobierno pretendía cubrir con los supuestos beneficios resultantes de la organización de los Juegos.

Sin embargo, no es el aspecto económico el único que complica la escalada constante en los trabajos públicos. La habitabilidad de Madrid, especialmente en el centro, se ve seriamente dañada por la sucesión de vallas, arena, ruidos de máquinas, pasarelas formadas por planchas metálicas, etc. Que conforman el día a día de los madrileños y cuya única similitud con el “espíritu olímpico” podría verse en las pruebas de carrera con obstáculos. Resulta difícil imaginar la visión que los miembros del COI pueden obtener de una ciudad sumida en el caos casi total debido a los diferentes trabajos que se llevan a cabo en zonas tan señaladas como la Puerta del Sol, sometida a las obras de la nueva estación ferroviaria durante años; la plaza de Callao o el paseo de Recoletos, cuyo estado actual las hace intransitables.

Hace unos años el actor Danny de Vito comentó en tono jocoso que Madrid sería una ciudad muy bonita cuando el Ayuntamiento hubiera encontrado por fin el tesoro que buscaba bajo tierra. Bromas aparte, lo cierto es que si el ‘tesoro’ que busca el alcalde Ruíz Gallardón es la construcción de una urbe moderna que aspire a celebrar una Olimpiada, el camino que ha tomado, a base de remodelarlo todo como si jamás se hubiera creado algo bueno durante siglos, no está nada próximo a lo que una ciudad de espíritu abierto y deportivo debiera ser. Una capital integradora que inspirara lo que el Manifiesto por Madrid reivindica como el “derecho a la ciudad” en la que sus habitantes apuesten por “la innovación de base” y unas instituciones que sean “el soporte para una democracia urbana de nuevo cuño”. Los Juegos Olímpicos podrán llegar a Madrid o no, pero el desarrollo de un nuevo modelo de ciudad que la haga accesible a sus ciudadanos, parece una condición indispensable para el futuro.


http://www.diagonalperiodico.net/Nuevos-impuestos-para-superar-la.html

Sinceramente, creo que no hay ahora mismo madrileño alguno que no se queje de lo que Galllardón está haciendo con Madrid. El no haber ganado las Olimpiadas, ha provocado en algunos una mayor desilusión y con ello, un peor sabor de boca de las políticas de Gallardón; y para otros, ha sido una alegría, aunque sólo haya sido para ver el careto que se le quedó al alcalde de Madrid cuando anunciaron la victoria de Río de Janeiro.

Sus obras faraónicas muestran la gran ambición del alcalde por marcar la Historia como el mejor alcalde de Madrid, de España y quizás de Europa por hacer de Madrid una ciudad abierto y cosmopolita, cosa que no se va a ver, hasta que no se cierren las zanjas, y dejemos de ver a hombres con tanto chalequito fosforito, porque, si lo que quiere Gallardón vamos a verlo los madrileños algún día de estos, seguro que será muy tarde, porque actualmente, Madrid se parece más a Beirut que a una ciudad moderna y llena de comodidades para sus ciudadanos.

Por lo que si va a pasar a la Historia es por la deuda que deja al pueblo madrileño, que hasta nuestros tataranietos van a estar pagando una deuda que suponde el 25% de todos los gastos de los ayuntamientos de España, es decir, el ayuntamiento español más endeudado y creo que también el de Europa.

Sus políticas de privatización son el otro gran beneficio para los ciudadanos de Madrid de poder construir una ciudad envidiable por todo el mundo.

sábado, 17 de octubre de 2009

Manipulacion del ABC sobre la subida de impuestos


Solía empezar mi curso de estadística refiriéndome a la broma chusca de que "la estadística es la ciencia que dice que si tú has comido dos pollos y yo no he comido ninguno, nos hemos comido un pollo cada uno". Lo presentaba como ejemplo de crítica zafia, que muestra o bien la deliberada mala intención del que la hace, o bien su ignorancia, y su incomprensión básica del concepto de media.

Era un ejemplo chusco de una frase popular, que daba por hecho que ninguna persona semi-educada podría proferir. No obstante, parece que ahora los analfabetos numéricos dirigen periódicos.

Según el subtítulo, lo de "casi un sueldo" significa 800 euros. Intrigado por cómo han hecho los cálculos, me voy al interior del periódico (no a la página 14, como incorrectamente dice la portada, sino a la 34) y me encuentro con la noticia, con el titular siguiente (está ahora también en la portada de Abc.es):

La subida de impuestos costará a cada familia cerca de 800 euros al año

A ver cómo lo justifican. Agárrense:

Según los cálculos del Ejecutivo, la factura total de esta subida de impuestos ascenderá a 11.650 millones de euros. Teniendo en cuenta que el Instituto Nacional de Estadística tiene censadas en España a algo más de 14 millones de familias, cada hogar tendrá que hacer frente a una subida de impuestos de unos 800 euros.

Ya está. Fin de la cita y de la explicación. Como la media son unos 800 euros al año, cada hogar pagará 800 euros al año. No sé por qué se han quedado con los mileuristas. Les propongo otros titulares aún más espectaculares:

Las viudas con pensión mínima dedicarán dos sueldos a pagar la subida fiscal

O, también, ¿por qué no?:

Las familias sin ingresos tendrán que pedir o robar 800 euros para pagar la subida fiscal

Definitivamente, este es el que más me gusta.

Fuente: http://www.malaprensa.com/2009/09/verguenza-ajena.html